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Lo primero que te llama la atención es el silencio. Silencio atemporal . Entonces te golpean los horizontes ilimitados, una riqueza de verde que parece durar para siempre. Campos maduros para la cosecha. Los tonos grises de las colinas y los olivos. Y siempre, infundiendo el verde paisaje, está el silencio eterno. Silencio roto solo por una campana distante mientras una oveja se deleita en la ladera más allá del lago. O por el canto alegre de un gorrión, volando por encima de los árboles en el sol de la tarde.

Aquí, te sientes reconciliado con la vida . Sientes que puedes olvidar todo lo que ha pasado y empezar de nuevo. Estás en paz , que en la vida las cosas suceden exactamente como deben suceder. Es este sentimiento de perfecta comunión con la naturaleza lo que permanecerá contigo para siempre.

Valle del Vale do Gaio. Solo el nombre de un pájaro es suficiente para encapsular esta armonía natural. El hotel es tu nido . Desde el momento en que abres las puertas, te sentirás envuelto en paz y comodidad. Puedes sentarte en nuestra terraza sobre el lago, disfrutando de la quietud de un lento atardecer. Cigüeñas pescando al lado del agua. Aves acomodándose en sus nidos para pasar la noche. Un gaio volando alto en las nubes, en busca de la percha perfecta. Y tú, instalándote en tu propio nido de gaio, el valle de Vale do Gaio, perdido para el mundo que te rodea.

A medida que se pone el sol, vuelves a escuchar los tintineos lejanos de una oveja, como un sonido transportado desde un tiempo y un lugar antiguos.

En poco tiempo, las luces comienzan a parpadear en el pueblo de Torrao y la paz de la tarde envuelve el horizonte.

Entienda de qué se trata el Vale do Gaio:

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